“Teníamos un boceto de lo que podía ser el patrimonio del ‘Clan Ale’. Y las cartas que le escribió María Jesús Rivero a Rubén Ale fueron un mapa en nuestra investigación”, aseguró Martín Olari Ugrote, el abogado de la Unidad de Investigación Financiera (UIF) que fue el que acusó al “Clan Ale” de formar una asociación ilícita dedicada, entre otros delitos, al lavado de activos.
Ella reconoció que dejó su Salta natal para estudiar una carrera universitaria en nuestra provincia. Se instaló en un lugar ubicado a dos cuadras del estadio de La Ciudadela y de allí nació su amor por San Martín. “Los domingos no tenía mucho que hacer y como el estadio me quedaba cerca, comencé acercarme a la cancha”, reconoció cuando declaró en la Justicia.
Se supone que allí conoció a “La Chancha”, con el que inició formalmente una relación a mediados de los 80. Estuvieron juntos, según dijo, hasta 1999 y tuvieron un hijo: Ángel Adolfo. “La Jesús” dijo que mantuvieron una buena relación con la familia Ale hasta que ella decidió rehacer su vida con Roberto Dilascio, por 2001.
Sin embargo, varias fuentes coincidieron en señalar que la relación entre los integrantes del ex matrimonio siempre fue excelente. Incluso, “La Chancha” y Rivero compartían salidas con sus nuevas parejas.
En 2011, cuando San Martín estaba sumido en una crisis económica e institucional, las buenas relaciones y, el supuesto acuerdo comercial, terminó rompiéndose de la peor manera. Varios indicaron que hubo fuertes presiones y hasta amenazas con armas de fuego. Se cortó el diálogo y por eso Rivero comenzó a escribirles cartas a su ex.
Son tres las misivas que “La Jesús” (tienen un total de 20 carillas) redactó entre 2011 y 2013. Lo llamativo es que Rivero llegó hasta firmar y poner su número de documentos en esos papeles. Y lo que es casi increíble es que “La Chancha” haya decidido conservarlas en una de sus propiedades. Al parecer, nunca pensó que alguna fuerza de seguridad la encontraría y, mucho menos, que serviría para que la Justicia avanzara en la investigación.
Los integrantes del ex matrimonio intentaron negar ser propietarios de la remisería Cinco Estrellas, pero en uno de las cartas se puede leer: “En 24 años que de una manera u otra estuve cerca tuyo, jamás vi qué sacarte a cambio de mi trabajo (El mercado, el póker, la remisería, el club). Siempre fui tu empleada, pero definitivamente me cansé”. No sólo eso, Rivero también involucró a su ex asegurando con su letra que “con la plata de la remisería de puro trabajo y mucho esfuerzo compramos casi todo...”.
Cuando la UIF intenta comprobar que una persona lava activos, necesariamente debe hacer un análisis de su patrimonio. En base a ello, prueba o no que el sospechoso tiene ingresos superiores a lo que declara en el fisco o en la entidad. En ese sentido, los pesquisas pensaron que sería un problema poder establecer todas las propiedades de “La Chancha” y “El Mono”, los acusados de ser los líderes de la asociación ilícita.
Cuando los “sabuesos” de la UIF analizaban determinar el patrimonio de “La Chancha”, su ex dejó todo servido en bandeja al proponerle la separación de bienes en una de esas misiva. Ella le ofrece, entre otras cosas, que se quede con cinco viviendas, terrenos en Yerba Buena, 12 hectáreas en El Cadillal (que según sus palabras manejaban Fabián González y Alberto Suárez, una lancha, una camioneta Mercedes Benz y la remisería.
Sobre este punto, aclaró: “si limpiás la mierda que tenés adentro, es tu suculenta jubilación”. Por su parte, ella proponía quedarse con cinco viviendas y los terrenos de ARUT (Asociación de Remiseros Unidos de Tucumán).
En el marco de esta discusión brindó otro dato que fue analizado y tenido en cuenta por los investigadores. “Te podés quedar con la plata que el financista Fabián González presta para vos“, escribió.
“Qué persona injusta que sos, vos al igual que yo, no tenías nada de nada cuando te conocí y ahora pretendés dejarme sin nada y vos te das el título de dueño de todo; estás muy equivocado. Esto no lo hago porque estés preso o no, lo hago porque ya me cansé, me hasquié (sic) de todo”, se puede leer como manera de despedida.